Nuestro pastor, Mons. Roberto González Nieves, OFM, nos propuso en el primer año del trienio celebrativo del V centenario de la fundación de la Iglesia en Puerto Rico y llegada de D. Alonso Manso, primer obispo de San Juan y en América, fortalecer nuestras bases de fe a través del conocimiento de las verdades del Catecismo de la Iglesia. Éstas las debemos aplicar a nuestra vida con compromisos concretos que viviremos desde nuestras familias; las cuales consideramos como la primera Iglesia o Iglesia doméstica, a la que un bautizado pertenece y en donde debe comenzar a aprender y vivir la fe.
Este segundo Año del Trienio está dedicado a la renovación de nuestras comunidades parroquiales, es decir, a hacer que nuestras Parroquias sean un hogar para cada uno de sus miembros. Durante el mismo se expondrán temas de la espiritualidad cristiana, la misión y acción de la comunidad parroquial y la importancia de la estructura parroquial, que a su vez debe estar vivificada por el Espíritu. Los compromisos que debemos aplicar a nuestra vida los seguiremos asumiendo desde la familia, y desde la realidad de ser miembros de una comunidad parroquial.
Durante el tercer año del trienio que es a su vez tiempo jubilar, nos fijaremos en la realidad de la diócesis, Iglesia particular, su estructura y misterio, y la importancia de la figura del obispo en ella y para ella. Así esperamos fortalecer la cohesión de todos los que formamos parte de la misma; pues no somos sólo parte de la una familia o parroquia, sino que también formamos parte de la Iglesia particular de San Juan que a su vez está en comunión con la Iglesia Universal, una, santa, católica y apostólica.